domingo, 25 de abril de 2010

Let's face it

Parce, sí, somos muy mulas.
No importa, creo que no le di la importancia que se merecía al asunto sino hasta después de que me golpeó en la cara.
El caso es que ésta entrada es por sumercé, para agradecerle la charla, quizás no se alcance a imaginar lo significativo y constructivo que fue para mí ese rato en la tarde.
Discúlpeme si el "SETI" no recibió muchas respuestas de mi parte, usted sabe que soy un inútil verbal "entrado en tema".
Socio, no siendo más, gracias.

martes, 20 de abril de 2010

(Noche del 20 de Abril de 2010): Cuatro picahielos

Buenas noches. He decidido volver a este espacio después de un período extenso de ausencia, animado principalmente por Carl Jung, psicoanalista y psiquiatra suizo famoso por sus conceptos del "inconciente colectivo" y sus componentes "los arquetipos", además de su insistencia sobre la manifestación de estos elementos durante los sueños.
Acabo de tener un sueño en el que, ya sea por obra de la sugestión inducida por la lectura continua durante todo el día del libro de Jung "El hombre y sus Símbolos" o por una verdadera manifestación del "inconciente colectivo", he encontrado un símbolo que se repite en muchos de los sueños que reporta Jung de sus pacientes: el símbolo de los cuatro rincones.
En realidad este episodio onírico fue bastante corto y sencillo, pero increíblemente detallado. Todo comienza con la visión de un cuadrado rojo en el cual, en su centro, apareció una mancha circular rosada. Lentamente la mancha fue extendiendo unas franjas igualmente rosadas hacia las esquinas del cuadrilátero, creando de esta manera una "X" en el centro. Ahora las esquinas opuestas estaban conectadas por franjas rosadas. Después de esto, las porciones de las franjas más cercanas al centro del cuadrado comenzaron a hacerse más angostas, configurando una forma triangular que salía desde el centro del cuadrado. Inmediatamente, ese triángulo 2D adquirió una configuración tridimensional y de color metálico, creando así cuatro conos metálicos que salían desde un mismo punto central. Desde los extremos anchos de los conos, comenzaron a surgir una gran cantidad de finas fibras doradas hacia el exterior del cuadrado, las cuales se entretejieron magistral e inexplicablemente en los cuatro mangos, lo que dió como imagen final, cuatro picahielos. El diseño de los mangos me recordó las intrincadas creaciones artísticas asociadas a las espadas de los reyes o emperadores de la Edad Media. En un momento determinado, el cuadrado giro de manera que los cuatro picahielos quedaron en la disposición de una cruz, aún circunscritos al cuadrilátero. Desperté, comencé a redactar este sueño y aquí acabé.