Siempre en medio de la penumbra crepuscular
Mientras los grillos rechinan sus queratínicos violines
Y el césped húmedo resuena bajo las suelas.
Cuando la visión es pobre
Y los elementos del paisaje se confunden
Tropieza uno con la incertidumbre del terreno
Con el desasosiego de lo incierto
Con los espectros del silencio
Se torna minúscula la existencia
Y la humedad del alma inunda los párpados
Un brinco en el pecho anuncia un desvelo
Desfallece el temple a los vientos eternos
Aullidos heráldicos anuncian a la distancia
El sobrevenir ineludible del ensueño
Entre campanas destempladas y sátiras del trueno
Nuevamente un ensordecedor estallido de silencio