Onyryco es un espacio de narración y no muy extenso análisis de algunos de mis sueños, en el que el lector podrá aportar sus opiniones como psicoanalista honorario.
lunes, 14 de junio de 2010
(Mañana del ¿? de Mayo de 2010): Persiguiendo a Daniela
Por razones que me son difíciles de recordar, este sueño no lo publiqué inmediatamente lo tuve, hecho que hace que me sea imposible relatar los sucesos no oníricos que antecedieron a este episodio. Este sueño comienza en la "entrada" de lo que parece un bosque muy denso, de vegetación muy alta y frondosa, similar a la que se podría encontrar en el Amazonas. Antes de entrar al bosque, llegó a mi lado un guía que me indicó que más adelante encontraría a la "tribu", así que me adentré caminando en la selva. Momentos después encontré a Daniela quien me dijo que la siguiera, ella caminaba lentamente pero yo no le pude seguir el paso, cada vez se alejaba más a pesar de que yo estaba practicamente corriendo. Fue entonces cuando salimos a un gran valle, sin vegetación, en el fondo del valle pude ver un grupo de chozas (Como a 100 metros, diría yo, si el cálculo espacial onírico no me falla), cerca de las cuales ya estaba Daniela. Cuando llegué corriendo al grupo de chozas, pude darme cuenta que en realidad eran "stands" donde se vendían artesanías de las más variadas índoles, el lugar estaba lleno de gente yendo de un stand al otro, curioseando y cargando bolsas llenas. En cierto momento, Daniela me llamó para que fuera hasta el stand donde estaba, cuando llegué me mostró que había encontrado un didgeridoo con muescas, a modo de flauta, con las cuales se podían producir notas (cosa que en realidad no existe). Yo tomé el didgeridoo y pude calcular que medía aproximadamente dos metros de largo y que las muescas o aperturas tenían más o menos el tamaño de la palma de mi mano. Cuando me disponía a tocarlo, Daniela salió caminando de nuevo y yo la seguí, ignorando dónde había quedado el didgeridoo. Llegamos a la puerta de lo que parecía un zoológico, entramos caminando por un sendero y pudimos ver a lado y lado de éste jaulas que contenían indígenas amazónicos en aparentes buenas condiciones, Daniela se acercó a una de las jaulas y me dijo que me acercara también y que no tuviera miedo, fue entonces cuando terminó el sueño.
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1 comentario:
:)
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