Se ha comprobado que mientras dormimos y entramos en sueño REM (que es el periodo en el cuál tenemos sueños) la comunicación entre el tálamo y la neocorteza se activa a niveles cercanos a los que se presentan mientras estamos despiertos. Recientemente, viendo "Inception", escuché algo similar a ésto: No sabemos que estamos en un sueño sino hasta después que hemos despertado y nos damos cuenta que no era real. Pero mientras estamos en él consideramos todo absolutamente real a pesar de las graves violaciones de la lógica que nos presentan (con las contadas excepciones de los "sueños lúcidos", de los cuales desconozco bastante y que no discutiré aquí porque nunca he tenido uno ni he encontrado literatura fiable al respecto). A partir de aquí podemos establecer un punto de partida fenomenológico para tener un acercamiento mas o menos aproximado a la comprensión de los fenómenos alucinatorios. La RAE define alucinación como la "Sensación subjetiva que no va precedida de impresión en los sentidos.", una definición, que a mi parecer, no es precisamente iluminadora dada la complejidad del concepto, aún así recurriremos a una definición igualmente poco iluminadora pero, a pesar de ésto, un tanto más práctica y entendible: una alucinación es una impresión sensorial que no tiene origen en los sentidos y que, por lo tanto, no se origina de un estímulo externo observable. La película "Una mente brillante" (o "A Beautiful Mind") refleja claramente cómo John Nash tuvo que lidiar con sus alucinaciones (Un compañero de habitación, un agente de la CIA y una niña de los cuales ninguno existía ni había existido y con los que Nash sostenía conversaciones tal y como lo podríamos hacer con un amigo, un pariente o un funcionario en el banco). Es ahí donde radica el gran choque emocional y existencial que representa para una persona que sufra de alucinaciones el hecho de que se le diga que no son reales, es como si un día cualquiera alguien nos dijera que gran parte de lo que estamos viendo no fuera real a pesar de que lo sentimos así, a pesar de que nos es tan palpable, para la persona que alucina, sus alucinaciones son absolutamente palpables y reales y algunas pueden llegar incluso a ser muy complejas. Hay varios tipos de alucinaciones pero, a la luz de las anteriores consideraciones, sólo se podría explicar a continuación el origen de las alucinaciones visuales, auditivas, táctiles y gustativas ya que son la vista, el oído, el tacto y el gusto los sentidos que se conectan más directamente al tálamo. Ahora es importante saber algo sobre neurotransmisores, que son las sustancias mediante las cuales una neurona se "comunica" con otra, son una especie de carta que le envía una neurona a otra diciéndole qué debe hacer, por lo general los mensajes que transmite un neurotransmisor son "enciéndete" o "apágate" gracias a lo cual podemos hablar de neurotransmisores excitatorios (que "encienden" otras neuronas) y neurotransmisores inhibitorios (que "apagan" otras neuronas). En el proceso de creación de las alucinaciones intervienen principalmente cuatro neurotransmisores: la dopamina (excitatorio), la acetilcolina (generalmente excitatorio), el ácido gamma amino butírico -o GABA, por sus siglas en inglés- (inhibitorio) y el glutamato (excitatorio). Primero hablaremos del papel de la acetilcolina en el origen de las alucinaciones. En personas sin éste tipo de afección, la acetilcolina es un neurotransmisor que usualmente proviene del tallo cerebral y va hacia los núcleos intralaminares del tálamo, los activa y genera una mejor "sincronización" del proceso perceptual. Esta sincronización está ayudada por los núcleos reticulares del tálamo los cuales también reciben esta sustancia desde el tallo y se activan evitando así la sobrecarga sensorial de la cual ya hablé previamente. Cuando éste neurotransmisor es liberado deficientemente hacia éstos núcleos es cuando surgen las alucinaciones ya que la "señal perceptual" se ve debilitada y llega "distorsionada" a la neocorteza además de que pueden llegar a ser increíblemente abrumadora ya que los núcleos reticulares no funcionan adecuadamente, es por ésto que muchas de las personas que tienen alucinaciones comentan que son invasivas o que pueden llegar a "inundar" uno o varios de los sentidos llegando a ser así bastante difíciles de evitar, nublando incluso la información "real" que proviene del mundo externo. La dopamina es un neurotransmisor fuertemente asociado con la esquizofrenia, una enfermedad en la cual, entre otros síntomas, las alucinaciones son muy frecuentes. Éste neurotransmisor durante el proceso normal de percepción, llega en muy poca cantidad a los núcleos reticulares del tálamo donde generan cambios químicos dentro de las neuronas del mismo haciendo que éstas neuronas liberen menos GABA hacia los núcleos específicos y los núcleos intralaminares, ya que el GABA es un neurotransmisor inhibitorio, es decir, que "apaga" o reduce la actividad de las neuronas a las cuales llega, el hecho de que la actividad de los núcleos específicos y los núcleos intralaminares no se vea limitada por éste neurotransmisor hace que se potencie la señal que va desde éstos núcleos hacia la corteza cerebral lo cual garantiza una señal potente y coherente sin muchas distorsiones. En personas con trastornos alucinatorios se ha observado que la neocorteza envía grandes cantidades de dopamina hacia los núcleos reticulares lo cual hace que éstos envíen muchísimo menos GABA hacia los núcleos específicos e intralaminares hecho que finalmente desemboca en una distorsión de lo percibido dado que tanto la potencia de los núcleos intralaminares así como de los específicos se ve aumentada hecho que genera demasiado "ruido blanco" en la señal perceptual que se envía a la corteza.
He mencionado ya tres de los cuatro neurotransmisores que listé más arriba. El glutamato es un caso especial ya que diversas investigaciones han demostrado que éste llega a todo el tálamo principalmente desde un sector de la neocorteza llamado corteza frontal o corteza prefrontal. Esta zona de la neocorteza se encarga principalmente de controlar aspectos como el juicio (saber cuándo una cosa está mal o bien hecha o tomar decisiones acordes a las situaciones después de un análisis de los factores que influencian dicha situación), la memoria de trabajo (la cual usamos para guardar información temporalmente), la predicción de situaciones futuras complejas (lo cual se relaciona bastante con el juicio), la moralidad, la atención y el control de impulsos entre muchas otras funciones. A pesar de ésto se ha descubierto que durante períodos de estrés emocional ésta zona se activa más fuertemente de lo normal lo que hace que envíe grandes cantidades de glutamato hacia casi todo el cerebro. Esto genera algo llamado "reclutamiento", proceso en el cual la corteza frontal activa otras áreas del cerebro con el fin de potenciar su propia acción. Gracias a éste reclutamiento, la corteza frontal hace que la comunicación de todo el cerebro con el tálamo se potencie lo cuál hace que se reúnan en el proceso perceptual elementos como los recuerdos antiguos y las emociones (dados por el sistema límbico), la atención (dado por la misma corteza frontal), sensaciones que no provienen específicamente de los sentidos (dadas por otras zonas de la neocorteza), entre otros; todos estos elementos consolidan el proceso de percepción en un complejo circuito de comunicación entre todas las zonas del cerebro. Es así como se ha pensado que dentro del proceso de génesis de las alucinaciones, si bien no hay un envío particularmente aumentado de glutamato a otras zonas del cerebro, si se ha determinado que la actividad del glutamato durante el estrés emocional hace que las alucinaciones adquieran forma y en ellas se reúnan elementos de recuerdos antiguos, emociones y características fenomenológicas de las alucinaciones, es decir, se dota de contenido el proceso alucinatorio. A mediados del siglo XX, algunos psiquiatras comenzaron a usar un método quirúrgico de tratar a los pacientes con esquizofrenias graves llamada lobotomía, esta cirugía consistía en introducir una herramienta cortante en el cráneo con el fin de cortar las conexiones entre la corteza frontal y el resto del cerebro, si bien ésta cirugía reducía ostensiblemente la presentación de alucinaciones, generaba graves déficits en las funciones dependientes de dicha zona del cerebro lo cual se traducía en síntomas como impulsividad, inmoralidad, coprolalia (decir muchas groserías), desinhibición social (las personas con esta cirugía se orinaban y defecaban en sitios distintos al baño) y agresividad, así como períodos de fuerte inactividad y "atontamiento" ademas de problemas cognitivos graves, hecho por el cual se dejo de practicar después del descubrimiento de ciertos fármacos que mejoraban los síntomas alucinatorios sin efectos colaterales tan graves como los de la lobotomía.
Un neurotransmisor particularmente importante e interesante dentro del proceso alucinatorio es la serotonina pero ya que sus acciones son demasiado complejas, no será objeto de ésta revisión.
Esto es sólo un pequeño y didáctico vistazo a cómo se originan la percepción y las alucinaciones así como la relación del tálamo con dichos procesos, una estructura cerebral bastante interesante y que nos hace abrir la discusión sobre lo "objetivo" y lo "subjetivo" del mundo que nos rodea, la relación de nuestra mente con ése mundo externo y la pregunta de si lo que percibimos es realmente algo que esté "ahí afuera", o si lo que percibimos en realidad depende tanto de los elementos que nos llegan desde los sentidos. ¿Y si el mundo externo no existe?, ¿Y si sólo existe una parte de lo que vemos? Ahí queda la duda.
[Si el amable lector ha leído el post completo, se lo agradezco bastante y me excuso por la extensión del mismo. Cualquier duda estaré más que encantado de solucionarla]
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