martes, 27 de noviembre de 2012

"Números incompletos" - Breves escenas oníricas.

En este post no intentaré ningún tipo de explicación de ninguno de los sueños que contaré a continuación. Si diré que todas ella antecedieron a un sueño más complejo y lleno de símbolos que titularé "Números incompletos" y que relataré en un post siguiente con todo detalle. Antes de relatar lo soñado diré que estas escenas se dieron en medio de períodos cortos de sueño que tuve durante todo el día de ayer en el que mi ánimo, por razones que desconozco, no fue el mejor. Esto me ha pasado antes y se manifiesta, la gran mayoría de veces, con sueños muy lúcidos, intermitencias en los períodos de sueño y vigilia y adinamia excesiva.

-Estaba yo en un gran centro comercial, lleno de niños entre los cuatro y ocho años y uno que otro adulto. Todo era muy colorido, incluyendo los atuendos de la gente. En cierto momento tuve un terrible presentimiento y las puertas de los almacenes se cerraron súbitamente dejando encerrados a gran cantidad de niños y adultos mientras algunas personas quedaban en los pasillos. Todos entramos en pánico y comenzamos a correr en todas direcciones huyendo de un peligro que no percibíamos. De la vuelta de un pasillo, surgió un bebé gigante, de casi tres o cuatro metros de alto, de ropa azul y caminando. Yo me oculté en un gran contenedor de basura en el cual también había un sujeto que me dijo algo como "Si me sonara el celular, el bebé se daría cuenta de que estoy aquí", acto seguido, sonó su celular, el gran bebé destapó el contenedor, lo tomó con una de sus grandes manos de la cintura y le arrancó la cabeza de un mordisco mientras balbuceaba infantilmente.

-Caminaba por un gran bosque lleno de faunos. Todos ellos me saludaban amablemente mientras pasaba. Al cabo de un rato de caminata, llegué a un stand donde había una moderada cantidad de libros. En mi mente (dentro del sueño), me quejé de que eran muy pocos libros para haber sido una "feria del libro tan famosa". Inmediatamente después vi que un grupo de mujeres jóvenes corrían hacia una pequeña choza que había detrás del stand, atraídas por una exhibición de joyas. Después, un jugador de videojuegos me contaba como había logrado una gran puntuación en un videojuego que ambos habíamos jugado en el pasado, al haber realizado varias misiones al mismo tiempo y sin haber descansado, en las cuales debía maniobrar una especie de "dragón-avión" a través de varios obstáculos en el cielo.

-Estaba en la habitación de un hotel. Sobre mi regazo tenía mi computador y varios dispositivos USB unidos a él. Un muy buen amigo llegaba a la puerta de mi habitación y me decía que me estaban esperando en el primer piso para poder seguir bebiendo. Dije que antes debía entregarle varios de esos dispositivos USB a una amiga que había en otra habitación y luego iría, él salió y después lo vi montando una bicicleta en una montaña muy alta. Desconecté los dispositivos del computador, pero no los tomé y salí con las manos vacías de mi habitación hacia otra. Cuando entré, encontré a mi mamá y a mi hermano observando un programa de televisión que ahora no recuerdo. Mi hermano me dijo algo como que en la habitación de abajo me necesitaban e, inmediatamente, me encontré en un gran salón en el que había un órgano con varias de sus teclas y pedales destrozados. De alguna manera los reparé e hice sonar unas cuantas notas que le dieron un ambiente tétrico y sórdido al salón que ahora parecía la nave central de una catedral.

-Caminaba impacientemente por la terraza de una casa, era de noche y a mi lado, de pie y estático, había un "científico". El científico me decía que debía cargar mi rifle lo antes posible ya que pronto "iríamos a la casa del científico". No se me hizo extraño esto, le puse balas a un rifle que ahora, de la nada, sostenía en mis manos. Momentos después escuchamos un estruendo en la base de la casa, observamos desde la terraza y vimos que un camión de basura se había estrellado contra la puerta del garaje de la casa. El conductor se asomó por la ventana, miró al científico que estaba conmigo y le lanzó una sonrisa cómplice. El científico, que ahora también tenía un rifle, me dijo que había llegado la hora. Bajamos unas escaleras, salimos a la calle (no había rastros del camión de basura), y nos dirigimos hacia la puerta abierta de una casa a unos diez metros. Mientras subíamos las escaleras de esa casa, escuché una música bastante deprimente que ahora no sabría ubicar dentro de ningún género que conozca. A mitad de las escaleras, una niña con su mirada perdida en el infinito nos dijo que ya era demasiado tarde, que el científico había nacido. Después tuve la impresión de que aquella niña me iba a asesinar y salí corriendo de aquel lugar.

-Una tía me pedía el favor que fuera donde una amiga por un encargo que ella me tenía. Yo le decía que no podía ir porque estaba lloviendo así que me dijo que iría a buscar un impermeable y ya volvía. Mientras, vi que una de mis primas entraba al baño y prendía un cigarrillo (ella, en mi vida en vigilia, no fuma) y después comenzaba a llorar. Al frente suyo había una cama sobre la que estaba una de sus tías paternas, la cual estaba bañada en sudor y parecía atormentada por fuertes dolores, inmediatamente asumí que padecía cáncer. Momentos después estaba yo en un desierto de montañas rocosas y otra prima me decía que no metiera las manos en los montículos de arena ya que estaban llenos de arañas. Después, me encontraba parqueando mi carro en una calle bastante inclinada de un barrio de la ciudad y momentos después de bajarme, me daba cuenta de que el freno de mano no había funcionado bien y ahora el carro rodaba libremente cuesta abajo. Caminé hasta donde se encontraban dos policías y les pedí que por favor me dejaran parquear el carro en un sitio más plano, ellos se negaron. Momentos después me encontraba en el salón central de lo que parecía un banco y pude ver a mucha gente que estudia en mi universidad, desnudos, corriendo de un lado para otro frenéticamente y besándose los unos con los otros, aleatoriamente, al parecer bajo la influencia de algún tipo de droga. La escena me aterró y corrí hacia donde estaba la caja fuerte del banco donde, después de varios intentos, logré entrar para encontrarme en el piso más alto de un edificio, lleno de plantas en macetas y con una maravillosa y soleada vista de una gran ciudad. Después me elevé sobre el edificio y comencé a recorrer la ciudad volando.

Toda esta serie de sueños culminaron anoche en uno que sentí fue la sincronización y armonización de los mismos (a pesar de que su contenido no tuviera nada que ver con ellos), "Números incompletos".

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