sábado, 20 de junio de 2009

(Mañana del 19 de Junio de 2009) Sueño 1/1: Popurrí Hollywoodense




Llamé a este sueño “Popurrí Hollywoodense” debido a que dentro de él aparecían varios personajes de algunas películas, personajes que iré mencionando conforme avanzo en la narración. Este sueño fue, dentro de mi onírica percepción temporal, bastante largo, tanto que, dentro del sueño, transcurrió todo un día y toda una noche a pesar de que lo que voy a contar a continuación no tenga una correlación temporal exacta. (Bueno, así son los sueños, ¿No?).
Mi sueño comienza bajo tierra, en una especie de cueva; de piso, paredes y techo lodosos, muy oscura e iluminada sólo por una linterna que sostenía John Leguizamo (aquí empieza el listado de personajes...) quien vestía un traje militar muy sobrecargado de toda clase de gadgets militares cual soldado profesional, sosteniendo un fusil; a su lado se encontraban dos hombres más igualmente armados y de apariencia militar. Yo también vestía camuflado militar y botas pero no tenía los gadgets ni arma alguna y me dedicaba a sostener un plafón con su respectivo bombillo que pendía del techo de la cueva gracias a unos cables de electricidad. Después de sostenerlo un rato, dije: “Listo, ya lo arreglé” y lo solté sin que tuviera mayores modificaciones y le dije a uno de los soldados que acompañaban a Leguizamo: “Usted, ¡organícelo!” a manera de orden. El soldado se dirigió presuroso a unir de nuevo el plafón con el techo sin tener éxito mientras el otro soldado, Leguizamo y yo nos reíamos a carcajadas. Fue entonces cuando los dos soldados y Leguizamo salieron corriendo y yo comencé a disponer una especie de explosivo pequeño en una de las esquinas de la caverna, un sonido de conteo regresivo comenzó (que estereotípico, por eso lo de “Hollywoodense” era en serio) y salí corriendo y sosteniendo un dispositivo “detonador” según parecía, a través de un pasillo de baldosas blancas y paredes color beige (¡¡??) hacia un cuarto construido de ladrillos e iluminado por la luz del amanecer que entraba por dos ventanas sin vidrios en una de las paredes. Allí estaban, créanme o no, varios de los personajes de CSI Las Vegas, entre los que estaban Grissom, Brass, Nick y Willows y otras tres personas que no pude identificar. Mientras llegaba a ellos, escuché una explosión y al instante presione el interruptor del dispositivo detonador el cual emitió una especie de campo de fuerza que nos cubrió a todos y nos teletransporto hacia afuera del edificio. Afuera, estaba solo yo, con la construcción a mis espaldas (un solo cuarto de ladrillos sin yeso y dos ventanas sin vidrios) y un gran paisaje de páramo frente mío: una gran extensión de relieve caprichoso y vegetación baja donde en el horizonte se veía una construcción muy similar a la que había atrás mío pero que era muchísimo más grande y que tenía más la apariencia de una cárcel. Yo ahora era negro, de pesados ropajes y de cabello rastafari (similar a un personaje de reparto que aparece en la película de Spiderman 1, que está en el puente y que le grita al Duende Verde que quien se mete con Spiderman se mete con toda Nueva York, [o algo así] mientras el villano trata de derribar a Spiderman cuando éste sostiene una cabina de teleférico llena de niños). Como ese personaje, salí corriendo detrás de una buseta anaranjada que paso justo en ese momento a través del montañoso paraje. No la alcancé, pero, en mi afán por alcanzarla, llegue a la construcción carcelaria, la cual era bastante alta, de muchas ventanas y una única puerta de entrada frontal. Contiguo al edificio, había un muro muy alto de ladrillos al pie del cual había un tráiler rosado que se movía rítmicamente y que yo identifiqué como un motel (No me pregunten por qué). De la nada saqué un escritorio que puse contiguo al remolque y, de nuevo de la nada, saqué otro escritorio que puse encima del primer escritorio que ya había dispuesto. Escalé los dos escritorios y me lancé al otro lado del muro donde caí en el piso y donde, antes de quedar inconsciente, pensé “Koyi K Utho”.

[Nota: aquí el lector quizás se confunda y piense que al momento de recuperar la consciencia estaba dentro de otro sueño, cosa que pasa frecuentemente; pero en mi caso, yo “sentía” que era el mismo sueño, que seguía en un continuo que no se había detenido a pesar de los breves e inefables momentos en los que estuve “inconsciente”, es como cuando dentro de un sueño uno cree saber algo sobre este y que en realidad ese algo no es explícito dentro del contexto de imágenes por el que se está pasando en el momento. Es por esto que asumo el sueño como una totalidad, no por la lógica temporal sino por la “ilógica subjetividad”.]

Desperté (a pesar de que sentí como si siempre hubiera estado despierto) en un pasillo que se extendía ante mis ojos. Los colores eran confusos y no había un color definido mas que un “verde claro generalizado”, es decir, no podría decir “esto era de tal color”, o “esto otro era de tal tonalidad”; en este momento me es imposible. El pasillo era muy similar al de un asilo o un manicomio, de techo alto y lámparas halógenas pendiendo del techo, con puertas a lado y lado. Me dirigí a una puerta que quedaba contigua a una silla que había contra una pared. Junto a la puerta había una mujer de pantalones verdes, botas, camiseta de esa que llaman “esqueleto” negra y cabello corto; es decir, una mujer soldado sin su chaleco. Sólo me dirigió una extraña mirada mezcla de odio y desilusión y yo sólo entré a la habitación. Dentro de la habitación había una “familia”: varios niños, mas o menos dos hombres, mas o menos dos mujeres y creo que un anciano (no recuerdo las cifras, ni siquiera al momento mismo de despertarme). Estaban todos hacinados debido a que la habitación era pequeña y sólo contenía como mobiliario dos camas y una repisa sobre la que había un televisor. Yo, mirándolos a todos dije: “¡Debemos protegernos!, ¡Los zombies vienen por nosotros!”, nadie se inmutó. Yo tomé una gran lámina de zinc que había dentro de la habitación a un costado de la puerta y la puse frente a la entrada, y la amarré (no sé a qué ni con qué) por sus lados. Inmediatamente la halé para probar su resistencia pero esta cedió ante mi tirón lo que dejó la entrada descubierta. Afuera, en el pasillo, estaba Danny Glover (protagonista de la película “Depredador 2”, el policía negro que al final mata al Depredador con una de sus propias armas. Por si no se acuerdan, aquí esta: http://es.wikipedia.org/wiki/Danny_Glover) con un overol de mecánico y portando una escoba con la que parecía estar barriendo el piso; me miró y meneó la cabeza en un gesto de decepción. A partir de aquí pasaron tres cosas que, aunque el lector no lo crea, no soy capaz en este momento de ubicar en un orden cronológico preciso por lo que las enumerare solamente y por lo que pondré al final de cada una mi despertar consciente:

1.Regresé a la habitación donde me senté al lado de una niña pequeña de mas o menos seis años a ver la televisión donde estaban presentando un video musical en el cual, en dibujos animados, aparecían hombres “extraterrestroides”, de cabezas grandes, ojos amarillos y tonalidad corporal azul grisácea, caminando por una calle de un barrio. Luego, llegó un carro bastante caricaturesco del que se bajó un hombre con la cabeza de Butthead (si, el de “Beavis & Butthead” de MTV) y que sacó una sierra eléctrica y decapitó al hombre “extraterrestroide”. En ese momento, junto a nosotros, se sentó un hombre que yo “sabía” que era el papá de la niña y dijo: “Bueno, ojalá no estén viendo bolas”. En ese preciso instante, en el televisor, empezaron a mostrarse imágenes caricaturizadas de frutas con piernas bailando de las cuales sólo recuerdo un banano bailando, una fruta rosada que no conozco, un racimo de uvas saltando y una sandía. (Desperté).

2.Aparecí en la azotea de el “asilo” junto a una de mis primas la cual, en mi vida NO onírica, tiene veintitrés años y una hija de dos años; ella llevaba en sus brazos a su hija. Empecé a ver una imagen de una Resonancia Magnética Funcional de un cerebro en corte coronal mientras mi prima me decía: “Tenemos que saber que causo el paro cardíaco del papá”. (Desperté).

3.Aparecí en la azotea con mi prima y su hija, frente a nosotros había un hombre (de ese hombre no recuerdo absolutamente nada, solamente de lo que nos hablo) el cual nos dijo: “Refúgiense en el faro, allá no los van a encontrar” a lo que yo conteste: “¡No!, sería como el sitio de peregrinación para los zombies”, inmediatamente después estábamos en la cima del faro, mi prima estaba detrás mío y yo estaba en el umbral de una puerta que comunicaba el lugar donde estábamos con una escalera en espiral que ascendía desde lo más bajo del faro y que, en ese momento, estaba llena de zombies que se atropellaban unos a otros tratando de alcanzar la puerta. Yo les disparaba en la cabeza con una escopeta, los cadáveres de los zombies (valga la redundancia y la ironía) comenzaron a acumularse a mis pies. (Desperté).

2 comentarios:

Ratushka dijo...

¡Un sueño erótico! ¡Grissom...Grissommmmmmm!....sueño triple xxx

Sebastián dijo...

What the f...??!!