lunes, 18 de enero de 2010

(Mañana del 17 de Enero de 2010): Bailando con un cadáver

Dentro de mi percepción, el sueño que les voy a contar a continuación es un episodio completamente aleatorio dentro de la clase de sueños que he venido teniendo que, a pesar de ser vagos y de “moods” algo pesados, han sido emocionalmente significativos. Este sueño goza de imágenes vívidas de lo visto (no mucho, la verdad). Este episodio comienza cuando voy caminando por un camino con un césped de un verde limón bastante brillante. Por alguna razón, comencé a observar el césped fijamente a medida que lo iba recorriendo cuando de repente comencé a ver restos de heces de vacas, heces que, a medida que avanzaba en el camino, se iban acumulando, cuando no tuve más sitio donde pisar para evitar las heces, detuve mi marcha y miré hacia adelante. Frente a mí se hallaba un montículo más o menos grande de cadáveres humanos. Lo curioso es que todos los cadáveres tenían las características de los que hay en el laboratorio de morfología de mi universidad. Estaban apilados unos sobre otros, rígidos, mutilados, disecados; a pesar de lo sórdida que pueda sonar esta imagen, mi “mood” en esta parte del sueño era totalmente alegre y despreocupada (algo como: “Ok, there's a pile of corpses in front of me, ¿So?”). De repente, uno de los cadáveres comenzó a moverse y se puso de pie, se acercó a mí y me dijo: “¿Quieres Bailar?”, yo dije que sí y comenzó a sonar un vals, tomé sus rígidas y curtidas manos y comenzamos a bailar muy suavemente sobre el césped. De un momento a otro, me hallaba en el aula máxima de mi antiguo colegio, un gran salón de aproximadamente treinta metros cuadrados con un escenario, yo estaba en el escenario junto con uno de mis compañeros de universidad (el cuál, en mi vida no onírica, se llama Edison). Edison vestía de negro completamente y sostenía una guitarra eléctrica. El recinto estaba lleno gente que gritaba y ovacionaba a Edison, algunas personas se paraban de sus asientos, subían al escenario, se dirigían a mí y me decían que le dijera a Edison que tocara tal o cual canción (ahora no recuerdo los nombres de las canciones que me pedían), yo iba hasta donde Edison, le decía qué quería escuchar el público y él tocaba la guitarra, el estrépito de los asistentes aumentaba entonces, desperté.

2 comentarios:

don yogurt dijo...

jajajajajaja!!! la premonicion!!!!

Unknown dijo...

jajaja... debes hacerte representante artístico de Edi....