Onyryco es un espacio de narración y no muy extenso análisis de algunos de mis sueños, en el que el lector podrá aportar sus opiniones como psicoanalista honorario.
viernes, 24 de julio de 2009
(Tarde del 23 de Julio de 2009) Sueño 1/2: Naruto
En mi universidad hay un compañero que a pesar de sus aproximadamente 22 años (creo yo) aún parece disfrutar bastante de las series de anime. Uno de los aspectos por lo que más lo recuerdo es por una camiseta que usa con un gran estampado del rostro de Naruto, protagonista de una popular serie de anime por estos días. Este peculiar personaje fue el actor principal de uno de mis sueños hoy. Este sueño comienza cuando estaba yo sentado en la parte trasera de una buseta que pasaba por la carrera 25 cerca del centro de Manizales. Inesperadamente, este personaje del que comenté al principio, se paró de una de las sillas de la mitad de la buseta y comenzó a bailar como si fuera un payaso tratando de animar una fiesta infantil, llevaba puesta su característica camiseta con el estampado de Naruto. Cuando comenzó a bailar, todos los niños en la buseta (sólo hasta ese momento me percaté de que la buseta iba llena de niños cuyas edades podían oscilar, por su aspecto, entre los cinco y los diez años) le aplaudieron y le cantaron en coro. Llegó un momento en el que este personaje dejó de bailar y comenzó a quitarse toda la ropa, empezando con su camiseta y siguiendo con sus pantalones y su ropa interior. Riéndose a carcajadas se dirigió hacia la ultima banca de la buseta delante de la cual yo estaba sentado, cuando tomó asiento pude notar que donde debería ir ese instrumento que, entre otras cosas, le sirve al médico al momento de nacer la criatura para decirle a la madre “Felicitaciones, es varón”, no estaba y en su lugar se encontraba una especie de muñón, una fea cicatriz proyectada hacia el frente. Un rato después de que él siguiera en ese asiento carcajeándose, me paré de mi puesto y caminé hacia la parte delantera de la buseta donde le pregunté al conductor que si esa buseta pasaba por no se donde (ahora no lo recuerdo) a lo que el conductor me contestó que primero había que pasar por no recuerdo donde y que luego por no se donde y que luego no llegaríamos a donde yo necesitaba llegar. Me pareció extraño que me diera toda esta explicación para, en resumen, decirme que NO, pero este sueño acabó ahí y comenzó otro totalmente diferente que relataré a continuación (“Sistemática”). Como cuestión preliminar podría decir que este sueño está demasiado cargado de simbolismos (o al menos, eso me parece) de los que un psicoanalista freudiano estaría complacido en analizar. Desde mi perspectiva solo me atrevería a analizar el hecho de la buseta, un elemento que ya se repitió en otro de mis sueños (“De caminata...”). Usualmente disfruto mucho los recorridos en buseta y más cuando voy solo y en silencio, me da un agradable espacio para pensar y admirar el paisaje de ciudad mientras pasa fugazmente ante mis ojos. Quizás la buseta este representando ese espacio de pensamiento, los discernimientos en los que me hundo de vez en cuando y que me hacen perder incluso la noción de donde debo bajarme. Los niños dentro de la buseta, el busetero y el personaje vestido y luego desnudo pueden representar pensamientos que alguna vez tomaron gran fuerza y se mostraron sumamente vividos y que luego por su inconclusión (el personaje “castrado” y los “inmaduros” niños por ejemplo) no pudieron adquirir la fuerza suficiente para salir a la luz plena de la consciencia y al poder de la comunicación.
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3 comentarios:
Espero de corazón que, el individuo aquel, no sea quién estoy pensando pues sería la gota ya para colmar mi desagrado hacia el susodicho jajajaja tú y tus sueños tío...éxito toal..me alegra que ya vayan acompañados también de una posible interpretación propia.
¡Keep dreaming, uncle! (literalmente) ;)
Gracias tía por comentar. Con respecto a tu duda, creo que sí es esa misma persona en la que estás pensando, ¡Espero que no represente alguna clase de fijación hacia el sujeto!
¿De casualidad vos has leído la teoría de Freud sobre la 'ansiedad de castración'?
Ah, y, ¡chanfle!
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