jueves, 31 de diciembre de 2009

I'm back, baby!



Muy buenas noches a todos mis amables lectores (que quizás sólo sean dos), esta entrada la publico con el único fin de que se enteren de que retomaré el relato de sueños en mi blog; esta vez intentaré ser más conciso y breve al momento de narrar, conservando el estilo y formato más o menos similares a los primeros relatos.

Por otro lado, quisiera comentarle al amable lector que probablemente de ahora en adelante trataré incluir, esporadicamente, relatos de sueños de personas cercanas a mí o de personas que, por alguna razón, quisieron contarme su sueño. Si usted, amable lector, quisiera compartir uno de sus sueños con el resto de lectores de este blog (es decir, con la otra persona que lee esto), puede enviar su redacción a mi dirección de correo electrónico (chaus1991@gmail.com) para su posterior publicación. De esta manera busco generar un escenario de discusión y puesta en común de posibles interpretaciones desde la mayor cantidad de perspectivas (psicoanalíticas, mágico-religiosas, místico-esotéricas, etcétera) que los amables lectores quieran y puedan publicar en la sección de comentarios del respectivo episodio onírico. Esta idea surge con la finalidad de comparar los contenidos simbólicos de los sueños de diferentes personas, esto para tratar de encontrar elementos comunes, tal como lo hice con el análisis de mi experiencia onírica personal.

Sé que en una publicación anterior prometí dedicar un texto al discernimiento general de los sueños que hasta el momento había tenido, este texto será publicado en un futuro pero dudo que colme muchas expectativas (al menos las mías no) o que sea lo bastante comprensivo o fundamentado teoricamente para complacer siquiera al menos exigente de los psicoanalistas.

De esta forma me despido con la esperanza de que el amable lector le haga honor al apelativo que le he dado y colabore, de una manera u otra, con la construcción de este blog. Gracias.

Y tal como se reza en la canción de The Chemical Brothers: "Sleep on, dream on"

Felices Fiestas

lunes, 17 de agosto de 2009

(Madrugada del 17 de Agosto de 2009) Sueño ?/?: Sin Título

Este sueño lo clasificaría yo como un sueño "complicado", ya que se fue presentando como pequeños fragmentos de imágenes difíciles de entender, alternados con breves instantes de consciencia o vigilia en los que las imágenes oscuras pero coloridas de mi cuarto se filtraban y se amalgamaban con lo que iba soñando. Podría decir que este sueño "comienza" estando yo en una selva, cerca de lo que parecen ser un par de aborígenes que sostienen un gran rollo metálico que pendula, sostenido por dos cuerdas sujetas en cada uno de los extremos del rollo, de los bordes superiores de un marco de madera que forma un cubo de aproximadamente dos metros por cada uno de sus lados. Los aborígenes sólo llevaban puesto un pequeño taparrabos y cuando hacían pendular el rollo metálico, salía de uno de sus lados un taparrabos tejido, o algo así. Después comencé a ver las cortinas de mi cuarto, enrarecidas por una extraña sensación, vi como se dibujaban sobre éstas unos sutiles zig-zags de colores irisados, luego vi al esposo de mi tía, un hombre calvo y delgado, subido en la parte delantera de una camioneta, me dijo algo que no recuerdo y luego me dijo que lo estaban amenazando o algo así, luego oí la voz de mi mamá diciendo algo ininteligible luego un período de imágenes que, debido a su fugacidad, no recuerdo... en fin, ha sido uno de los sueños menos definidos que he tenido desde que empecé este blog, el mood general del sueño fue de incomodidad, intranquilidad y desasosiego. A pesar de que me acosté aproximadamente a la una de la mañana del lunes, dormí hasta la una de la tarde de ese mismo día, y aún así, siento que dormí pesimamente y que no fue suficiente tiempo.

viernes, 24 de julio de 2009

(Tarde del 23 de Julio de 2009) Sueño 1/2: Naruto


En mi universidad hay un compañero que a pesar de sus aproximadamente 22 años (creo yo) aún parece disfrutar bastante de las series de anime. Uno de los aspectos por lo que más lo recuerdo es por una camiseta que usa con un gran estampado del rostro de Naruto, protagonista de una popular serie de anime por estos días. Este peculiar personaje fue el actor principal de uno de mis sueños hoy. Este sueño comienza cuando estaba yo sentado en la parte trasera de una buseta que pasaba por la carrera 25 cerca del centro de Manizales. Inesperadamente, este personaje del que comenté al principio, se paró de una de las sillas de la mitad de la buseta y comenzó a bailar como si fuera un payaso tratando de animar una fiesta infantil, llevaba puesta su característica camiseta con el estampado de Naruto. Cuando comenzó a bailar, todos los niños en la buseta (sólo hasta ese momento me percaté de que la buseta iba llena de niños cuyas edades podían oscilar, por su aspecto, entre los cinco y los diez años) le aplaudieron y le cantaron en coro. Llegó un momento en el que este personaje dejó de bailar y comenzó a quitarse toda la ropa, empezando con su camiseta y siguiendo con sus pantalones y su ropa interior. Riéndose a carcajadas se dirigió hacia la ultima banca de la buseta delante de la cual yo estaba sentado, cuando tomó asiento pude notar que donde debería ir ese instrumento que, entre otras cosas, le sirve al médico al momento de nacer la criatura para decirle a la madre “Felicitaciones, es varón”, no estaba y en su lugar se encontraba una especie de muñón, una fea cicatriz proyectada hacia el frente. Un rato después de que él siguiera en ese asiento carcajeándose, me paré de mi puesto y caminé hacia la parte delantera de la buseta donde le pregunté al conductor que si esa buseta pasaba por no se donde (ahora no lo recuerdo) a lo que el conductor me contestó que primero había que pasar por no recuerdo donde y que luego por no se donde y que luego no llegaríamos a donde yo necesitaba llegar. Me pareció extraño que me diera toda esta explicación para, en resumen, decirme que NO, pero este sueño acabó ahí y comenzó otro totalmente diferente que relataré a continuación (“Sistemática”). Como cuestión preliminar podría decir que este sueño está demasiado cargado de simbolismos (o al menos, eso me parece) de los que un psicoanalista freudiano estaría complacido en analizar. Desde mi perspectiva solo me atrevería a analizar el hecho de la buseta, un elemento que ya se repitió en otro de mis sueños (“De caminata...”). Usualmente disfruto mucho los recorridos en buseta y más cuando voy solo y en silencio, me da un agradable espacio para pensar y admirar el paisaje de ciudad mientras pasa fugazmente ante mis ojos. Quizás la buseta este representando ese espacio de pensamiento, los discernimientos en los que me hundo de vez en cuando y que me hacen perder incluso la noción de donde debo bajarme. Los niños dentro de la buseta, el busetero y el personaje vestido y luego desnudo pueden representar pensamientos que alguna vez tomaron gran fuerza y se mostraron sumamente vividos y que luego por su inconclusión (el personaje “castrado” y los “inmaduros” niños por ejemplo) no pudieron adquirir la fuerza suficiente para salir a la luz plena de la consciencia y al poder de la comunicación.

(Tarde del 23 de Julio de 2009) Sueño 2/2: Sistemática

Este sueño comienza inmediatamente después del titulado “Naruto”, por eso la numeración “Sueño 2/2” que quiere decir que de dos sueños que tuve consecutivos (cosa que me suele suceder incluso con un número mayor de sueños por noche) este es el segundo, ¿Que cómo se que un sueño no es la continuación del otro?, son de esas cosas que uno sabe en su mundo onírico, como revelaciones que llegan al entendimiento mientras se vive dentro de él. Este episodio onírico comienza en la habitación de un hotel lujosamente adornada, muy grande y con amplios espacios vacíos donde un amigo (él, en mi vida no onírica, se llama Mateo) jugaba con un balón de futbol mientras yo estaba sentado en uno de eso sillones mullidos que no tienen ninguna estructura de madera que los sostenga ya que son bolsas llenas de algún material suave, eso que comúnmente llaman “puffs”, o algo así. Por la puerta de la gran habitación entró otro amigo, Sebastián (a el ya lo había mencionado en un sueño anterior, “Sánduche”. Nótese la cercanía de fechas entre una aparición y la otra) vestido con una larga gabardina negra, gafas oscuras y guantes de cuero, se acercó a mí y me dijo: “Ya tengo donde”, a lo que yo le pregunté “¿Donde?” y el contestó “Sígame”, después le pedí que me prestara uno de sus guantes, el accedió. Salimos del cuarto y bajamos por unas escaleras bastante amplias de mármol que me recuerdan en este momento unas muy similares que había en la película “Titanic” por las que descendía la dama al encuentro del personaje que interpretaba Leonardo Di Caprio antes de una especie de baile (tengo malos recuerdos de esa película, hace ya mucho tiempo que la vi). La diferencia era que estas escaleras eran de un mármol muy pulido y comenzaban con dos ramas en el piso mas alto y terminaban en una sola en el piso de abajo. Mientras bajábamos sucedieron dos cosas que yo percibí como si hubieran sucedido al mismo tiempo, una de ellas fue que una mujer vestida con una larga túnica negra y un velo igualmente oscuro que le cubría la boca y la nariz miró fijamente a mi amigo mientras descendía lentamente, después desapareció, la otra cosa que sucedió fue que vi a un hombre vestido de camiseta blanca y pantalones de jean subiendo por la otra rama de la escalera mientras portaba en su mano, al nivel de su cintura, una pistola semiautomática con un silenciador. Después, nos alcanzó una mujer que Sebastián reconoció y saludó, yo no la conocía, era alta, de cabello rubio hasta los hombros, blusa rosada y pantalones blancos holgados, ahora no recuerdo con precisión su rostro. Sebastián me la presentó, me dijo que se llamaba Ángela, ella no me quiso saludar, a mi no me importó. Cuando llegamos a la entrada del hotel Sebastián se apuró y salió corriendo por la puerta, cuando yo salí seguido de Ángela, noté que los escalones que comunicaban esa puerta con la calle eran de madera y estaban en pésimo estado, estaban al borde del colapso. Bajé de un brinco y le tendí una mano a Ángela para que en caso de que cayera yo pudiera ayudarla, ella la tomo con una sonrisa y cuando terminó de bajar me dio las gracias. Entonces nos sentamos en uno de los escalones de madera, no recuerdo bien como era la calle ya que en mi sueño era de noche y todo estaba muy oscuro. Un hombre que pasaba por allí y que llevaba una caja de cartón en las manos la descargó de lleno contra mi cabeza quedando desperdigados por el piso una gran cantidad de adornos navideños, no me dolió, el hombre desapareció. Ángela, bastante comedida ya, se arrodilló y comenzó a recoger los adornos y a llenar la caja que ahora yo sostenía sobre mi regazo. En ese momento regresó Sebastián de no sé dónde y me dijo “Sólo conseguimos esta pista”, no me mostró nada pero inmediatamente comprendí que yo estaba investigando un homicidio. Al instante siguiente estaba yo dentro de un automóvil bastante amplio, largo, cuyo interior ahora me recuerda una van de transporte escolar, solo estaba yo en la parte de atrás y el conductor en la parte de adelante. Por la ventana podía ver como pasaban ante mi vista casas con pequeños antejardines cercados por rejas con bonitos diseños. Aquí sucedió algo bastante extraño que tratare de explicar lo mejor posible. Mientras iba en la van recibí una llamada a mi comunicador (¿?) cuando contesté, escuché la voz de un policía que decía “Atrapamos a ese imbécil, era un hombre muy grande” mientras aparecían ante mis ojos unos subtítulos, en el aire, ¡Como si lo que estuviera viviendo fuera una película que yo estaba viendo en ese momento!, los subtítulos decían mas o menos esto: “Ya' scroucha' bitch!, so big man!” en letras blancas. En ese momento apareció en uno de los asientos de la van una caja de la que saqué un soldado de juguete (recuérdese la aparición de la figura del soldado en sueños previos). De repente todo comenzó a verse ondulante, la van y las rejas de las casas delante de las cuales íbamos pasando, los detalles de la fina metalurgia de los adornos en las rejas comenzaron a volverse más y más complejos a medida que avanzábamos en el camino, llegó un punto en el que los detalles se volvieron tan complejos que sentí que mi cognición iba a ser incapaz de captarlos, sentí que me iba a enloquecer, que estaba a punto de perder la cordura. Fue entonces cuando el conductor comenzó a gritar y, más extraño aun, la van, las rejas y las casas también comenzaron a gritar en un prolongado “¡AAAAHHHH!”, todo fue aterrador en ese momento, me desperté aterrorizado y lo mas increíble fue que, despierto ya, escuché la palabra “Sistemática”, fuerte y claro, cuando todo en la casa de mi abuela estaba totalmente en silencio y todos se habían ido quedando yo solo.

Este ha sido uno de los sueños más aterrorizantes que he tenido desde que comencé este blog y, sin duda, uno de los más interpretables debido a su riqueza en similitudes con mi vida y con sueños pasados. Me atreveré a sacar conclusiones pero estas se darán a conocer en una próxima publicación en el blog donde me daré el gusto de discernir extensivamente sobre lo que hasta el momento podría deducir de lo soñado, mas que nada, con este sueño en particular.

lunes, 20 de julio de 2009

(Mañana del 20 de Julio de 2009) Sueño 1/1: Sánduche

Después de ya varios días de ausencia de aventuras oníricas, llegó a mí este sueño, bastante vívido por cierto, y muy lleno de elementos que me recordaron bastante cierta situación que prefiero no contar por ahora. El sueño comienza estando yo sentado en lo que parece la barra de un restaurante en el primer piso del Cable Plaza. Después de estar un rato mirando una especie de menú, le digo a la persona que atiende que me dé un pastel de pollo, envuelto entre servilletas me da un producto de panadería bastante similar a un pastel de pollo pero con muchas protuberancias por toda su superficie. Con el pastel de pollo hirviendo y derramando aun algo de grasa sobre las servilletas, me dirijo hacia la entrada del centro comercial cuando de repente me encuentro sentado en una silla de ruedas, la cual después es conducida hacia la parte exterior del centro comercial por un hombre con un traje muy similar al usado por los sujetos que ayudan a cargar las maletas en los hoteles. Cuando llegamos al andén de la salida, el hombre entra de nuevo al centro comercial y trae otra silla de ruedas ocupada esta por una anciana, la cual pone a mi lado derecho. Yo me paro y me voy hacia una bahía donde hay varios taxis parqueados, cuando voy a tomar uno, se me acerca un amigo mío (él, en mi vida no onírica, se llama Sebastián) y me saluda bastante efusivo, en ese mismo instante llega a nuestro encuentro una anciana muy baja, de complexión delgada, cabello blanco, blusa rosada, pantalones grises, sandalias y unas enormes gafas negras. La mujer le entrega a mi amigo un sánduche envuelto en servilletas y después se va sin decir una sola palabra, mi amigo le quita las servilletas al sánduche, lo huele y dice: “Esto está podrido”. Lo más curioso de este sueño es que me despertó una llamada telefónica, era Sebastián.

lunes, 6 de julio de 2009

(Mañana del 6 de Julio de 2009) Sueño 1/1: Jugando Billar


El 5 de Julio fue un domingo relativamente común y corriente en el que fui a visitar a mi abuela y a mi abuelo que hacía ya un tiempo que no veía, además de esto, le quedé muy mal a unos amigos con los que había acordado encontrarme y a los cuales no llamé para avisarles que desafortunadamente no iba a poder cumplir con nuestra cita. Gran parte del día me sentí un poco mal y con un ligero cargo de consciencia, cargo de consciencia que sirvió de comidilla de mi subconsciente. Este sueño comienza en una habitación grande, con dos entradas y dos grandes ventanales por los que se podía observar un jardín exterior atravesado por un camino serpenteante (muy similar a la cafetería de mi facultad pero sin el sitio de ventas, sin sillas y sin mesas). En un extremo de la habitación había una mesa de billar sobre la que se encontraban cuatro o cinco bolas distribuidas al azar. Alrededor de la mesa estábamos dos amigos (dos de los tres amigos a los que les quedé mal) y yo. Jugábamos billar mientras nos burlábamos de lo mal que lo hacíamos. Al rato llegó un hombre grande y fornido vestido como aseador (quizás representación de el otro amigo al que le quedé mal) que comenzó a arrojarnos las bolas que aún quedaban en la mesa, mientras nosotros nos reíamos y le respondíamos tirándole más bolas como si fuera una guerra de bolas de nieve sólo que los proyectiles eran un poco más pesados pero golpeaban suavemente. Durante nuestra pequeña “guerra”, el hombre grande arrojó una bola de billar hacia la puerta de un baño que antes yo no había notado, puerta que rompió con un gran estruendo. Inmediatamente llegó al cuarto una mujer de aspecto bastante burocrático que parecía una secretaria con su corta estatura, gafas, cabello corto y algunos gramos de mas en su complexión lo que hacía que se viera como una mujer, ya habiendo superado su menopausia, de entre cincuenta y dos y cincuenta y seis años. La mujer comenzó a darnos un largo sermón sobre el desorden y la indisciplina, sermón que luego cambió a unas cuantas menciones sobre los precios de los hidrocarburos en los mercados nacionales e internacionales y su influencia sobre las leyes de infancia y adolescencia en Colombia, todo esto con un mismo tono regañón mientras nosotros, los cuatro, la escuchábamos atentamente. Mi sueño termina aquí pero esta vez no me desperté inmediatamente.

domingo, 5 de julio de 2009

(Madrugada del 4 de Julio de 2009) Sueño 1/1: Callejón

Últimamente he sentido una gran sensación de satisfacción y felicidad, me siento pleno y liberado a pesar de que en estos momentos mi familia afronta un momento muy difícil por ciertas situaciones, bastante graves, pero el sentimiento predominante ha sido el de realización. El sueño que voy a contar me regresa a ese tema tan predominante en mis sueños que es el apocalipsis o esa sensación de fin del mundo que ya hace bastante tiempo no se presentaba en mis aventuras oníricas, el sábado reapareció pero mi ánimo durante el día estuvo dominado por la felicidad. Comienzo en un callejón delimitado a lado y lado por dos paredes de ladrillos grises de más o menos tres metros de altura. No podía apreciar otra estructura construida más que los muros, cuando mire al cielo lo vi navegado por grandes nubarrones grises por entre los que se metía una pálida luz solar que tenía un extraño aspecto de mezcla entre colores ámbar y púrpura. Cuando miré hacia el frente mío, donde seguía el callejón, solo veía restos de autos quemados, basura desperdigada, fuegos encendidos al azar aquí y allá y un tanque de guerra totalmente destruido que se consumía en llamas. Caminé por entre los desperdicios y llegué a un pequeño muro donde estaba sentado un soldado mirando al cielo con un rostro que claramente reflejaba temor, desilusión y tristeza y una postura poco erecta que demostraba una especie de actitud de derrota. Recuerdo que dentro del sueño yo pensé para mis adentros: “¿Se habrá acabado el mundo?”, a lo que el soldado contestó con la cabeza afirmativamente como si hubiera leído mi mente. A partir de aquí tuve otro sueño que por desgracia he perdido de mi memoria, después desperté. Analizando este sueño me surge la pregunta de si al saber el soldado lo que yo estaba pensando, ¿Puede que ese hombre represente una extensión o proyección de mi propia persona en una figura autoritaria, fuerte y dominante como lo es un soldado?, el soldado es una figura que ya ha aparecido en otra sueño [(Mañana del 19 de Junio de 2009) Sueño 1/1: Popurrí Hollywoodense] y que quizás vuelva a aparecer porque, tal parece, que es una imagen que tiene cierta relevancia y significado para mi subconsciente. Esperaré que próximos sueños y sus contextos arrojen luz sobre esta cuestión.

viernes, 3 de julio de 2009

(Mañana del 2 de Julio de 2009) Sueño 1/1: De caminata...



El primero de Julio fue un día bastante corriente, sin muchos sobresaltos y con un agradable encuentro con una amiga que no veía desde hace unos días y que tenía muchas cosas interesantes que contarme sobre su viaje a Santander y Bogotá. Me contó muchas de las emocionantes actividades que realizó, actividades que creo sirvieron de sustento del sueño que voy a relatar a continuación. Este sueño comienza en un bosque de pinos, ensombrecido por las frondosas copas de los árboles y de suelo bastante frío y desprovisto de vegetación. Yo iba con un grupo de gente que no pude reconocer, eran más o menos dos o tres personas vestidas a manera de montañistas a los cuales yo seguía mientras avanzábamos a través del bosque que solo tenía algunos claros donde la luz del día entraba de lleno. Caminamos mucho tiempo y llegamos a una cerca de alambre de púas. Cruzando el alambrado había una carretera que ascendía por entre los árboles en una pendiente bastante pronunciada lo que me indicó que estábamos en una montaña toda cubierta de pinos que sólo era surcada por esa vía. Pasamos el alambre de púas y comenzamos a subir por la empinada carretera que de un momento a otro paso de tener una configuración totalmente plana a tener una escalonada cual pirámide azteca. A medida que “escalábamos la carretera” cada vez con más dificultad, encontrábamos a nuestro paso en las terrazas de los escalones estiércol de caballo esparcido de una manera bastante atípica (Cabe aclarar que aunque la carretera se “escalonó”, el bosque seguía inusualmente plano). Tiempo después de escalar un buen rato, llegamos a un escalón donde había una mujer adulta totalmente desnuda y de excelentes proporciones sentada con las piernas cruzadas. Uno de los montañistas que me acompañaban dijo: “Yo me quedo aquí...” y se sentó al lado de la mujer mientras el otro (u otros, no lo se) siguieron el camino conmigo. Después de otro rato de caminata, llegamos a la avenida Paralela, a la altura de los túneles de Villa Nueva, tras de nosotros había desaparecido todo rastro de montaña o pirámide alguna, estábamos en uno de los costados de la Avenida Paralela. Yo tomé un bus azul dentro del cual me ubiqué en el puesto que queda detrás del conductor, los montañistas (o el montañista) que me acompañaban se dirigieron a la parte más trasera del bus. El conductor era un hombre robusto con un bigote prominente que me hizo pensar inmediatamente en Otto Von Bismarck como símil mas cercano. Como acompañante del conductor iba una mujer de una complexión extremadamente delgada, de cabello corto y ropa anticuada de la cual, a pesar de su extraña conformación corporal, sólo mire detenidamente su bigote. Si, la mujer también tenía un bigote gigante que al instante me recordó la gran masa de vello que tenía Nietzsche sobre su labio superior. El conductor paró en lo que parecía un barrio bastante tranquilo y amable frente a una casa grande y vieja, casas que son típicas en los barrios de bastante tradición en Manizales. La mujer se acercó al conductor, le dijo unas dulces palabras y se despidió de éste con un beso en la boca (¡¡¡!!!), fue el encuentro de dos gigantescas masas de vello nasal en un formato bastante romántico y hasta sensual. La mujer se bajó del bus y, mientras se despedía con la mano, me desperté. Ahora soy un hombre felizmente afeitado...

domingo, 28 de junio de 2009

(Madrugada del 27 de Junio de 2009) Sueño 1/1: Charlie Brown


El viernes 26 de Junio será un día inolvidable para mí, los hechos que antecedieron a este sueño fueron tan complejos que las descripciones del lenguaje escrito no bastarían para captar ni siquiera una parte de la esencia de lo que viví, fueron, simplemente, inefables. A pesar de esto, si podría decir que puse en contraposición varios de mis sentimientos más profundos, sentimientos como amor, tristeza y miedo que afloraron y que perdieron toda atadura de las inhibiciones de la consciencia, pero que al final del día se encontraron de nuevo con una realidad fría y desprovista de colorido, situación por la que tuvieron que volver a su más profundo escondite. Creo que es éste el sustrato de el sueño que voy a contar a continuación, sueño que, además de haber sido corto y vago, albergó un gran significado cuando lo correlacione con los hechos del día ahora que estoy más pendiente de ellos. El sueño comienza en una habitación bastante desordenada, sin una cama pero con ropa desperdigada por el suelo. Cerca de una ventana por la que entraba la luz del sol en grandes cantidades había un escritorio sobre el que reposaba un computador bastante viejo que no tenía torre pero que si tenía teclado y mouse. De alguna manera lo encendí, y apareció en la pantalla un escritorio bastante análogo al clásico escritorio de Windows pero que, a cambio de los íconos comunes en este sistema operativo, tenía las caras de algunos de los personajes de el programa de Charlie Brown (programa que yo veía mucho de niño y que ahora no veo regularmente debido a su desaparición). Cuando pulsé un click sobre el menú de “Inicio”, se desplegó una fila de niños (todos personajes de la serie) hacia el horizonte del escritorio de Windows como si fueran programas mientras el cursor selector era el mismísimo Charlie Brown señalando con una de sus manos a los niños estáticos. Moví a Charlie Brown a lo largo de la fila de “programas” hasta que todos los niños empezaron a gritar y a gemir, luego desperté. ¿Eran los niños encerrados en el computador alguna clase de representación onírica de lo que comenté más arriba, siendo lo más subconsciente y oculto la inocencia sentimental propia del niño queriendo salir del rígido sistema tiránico de la consciencia, representada ésta por el computador? ¿Acaso no era el gemir de los niños sino el llanto de mi propia libertad emocional el que me despertó?... “Amanecerá y veremos”...

martes, 23 de junio de 2009

Nuevo nombre... (¡Ahora con vitamina O!)

Como se habrá podido dar cuenta el amable lector, he cambiado el nombre de mi blog por petición de "un sujeto francés" que, al parecer, se vió afectado por el hecho de que este espacio se llamara Onyryc. Es por esto que ahora se llama Onyryco, pero la URL del blog se conserva como antes (www.onyryc.blogspot.com). Gracias al "sujeto francés" por ponerme al tanto de su problema.

lunes, 22 de junio de 2009

(Mañana del 21 de Junio de 2009) Sueño 1/1: Encuentro con un primo


La verdad, mis recuerdos sobre este sueño son muy vagos e imprecisos por lo que no podré ahondar en detalles. Mi sueño comienza cuando estoy metido en lo que parece una piscina en construcción, es decir, baldosas sin pegar y sitios de concreto al descubierto. De alguna manera salí de allí para encontrarme en el Parque Caldas, el que queda en frente de la iglesia de la Inmaculada, en el centro de Manizales. Caminé hacia el Centro Comercial Parque Caldas con un firme pensamiento: “Los denunciaré ante la alcaldía, ya verán”. En mi sueño, el centro comercial aún conservaba su representativo puente y me fui caminando por debajo de este. Cuando me disponía a cruzar la calle (la carrera 22), vino hacia mí un primo mío (el cual, en mi vida no onírica, existe como tal y se llama Johan). Johan vestía una camiseta roja de algún equipo de fútbol que no pude identificar y una pantaloneta azul satinada. Cuando llego a donde yo estaba me dijo: “¿Por qué no fuiste a la finca?”, a lo que yo contesté: “¿A qué hora salieron?”, el miro a otro lado y dijo: “A las cuatro y media de la mañana; ¿Su mamá no le avisó?”, yo negué con la cabeza y me desperté.

sábado, 20 de junio de 2009

(Mañana del 19 de Junio de 2009) Sueño 1/1: Popurrí Hollywoodense




Llamé a este sueño “Popurrí Hollywoodense” debido a que dentro de él aparecían varios personajes de algunas películas, personajes que iré mencionando conforme avanzo en la narración. Este sueño fue, dentro de mi onírica percepción temporal, bastante largo, tanto que, dentro del sueño, transcurrió todo un día y toda una noche a pesar de que lo que voy a contar a continuación no tenga una correlación temporal exacta. (Bueno, así son los sueños, ¿No?).
Mi sueño comienza bajo tierra, en una especie de cueva; de piso, paredes y techo lodosos, muy oscura e iluminada sólo por una linterna que sostenía John Leguizamo (aquí empieza el listado de personajes...) quien vestía un traje militar muy sobrecargado de toda clase de gadgets militares cual soldado profesional, sosteniendo un fusil; a su lado se encontraban dos hombres más igualmente armados y de apariencia militar. Yo también vestía camuflado militar y botas pero no tenía los gadgets ni arma alguna y me dedicaba a sostener un plafón con su respectivo bombillo que pendía del techo de la cueva gracias a unos cables de electricidad. Después de sostenerlo un rato, dije: “Listo, ya lo arreglé” y lo solté sin que tuviera mayores modificaciones y le dije a uno de los soldados que acompañaban a Leguizamo: “Usted, ¡organícelo!” a manera de orden. El soldado se dirigió presuroso a unir de nuevo el plafón con el techo sin tener éxito mientras el otro soldado, Leguizamo y yo nos reíamos a carcajadas. Fue entonces cuando los dos soldados y Leguizamo salieron corriendo y yo comencé a disponer una especie de explosivo pequeño en una de las esquinas de la caverna, un sonido de conteo regresivo comenzó (que estereotípico, por eso lo de “Hollywoodense” era en serio) y salí corriendo y sosteniendo un dispositivo “detonador” según parecía, a través de un pasillo de baldosas blancas y paredes color beige (¡¡??) hacia un cuarto construido de ladrillos e iluminado por la luz del amanecer que entraba por dos ventanas sin vidrios en una de las paredes. Allí estaban, créanme o no, varios de los personajes de CSI Las Vegas, entre los que estaban Grissom, Brass, Nick y Willows y otras tres personas que no pude identificar. Mientras llegaba a ellos, escuché una explosión y al instante presione el interruptor del dispositivo detonador el cual emitió una especie de campo de fuerza que nos cubrió a todos y nos teletransporto hacia afuera del edificio. Afuera, estaba solo yo, con la construcción a mis espaldas (un solo cuarto de ladrillos sin yeso y dos ventanas sin vidrios) y un gran paisaje de páramo frente mío: una gran extensión de relieve caprichoso y vegetación baja donde en el horizonte se veía una construcción muy similar a la que había atrás mío pero que era muchísimo más grande y que tenía más la apariencia de una cárcel. Yo ahora era negro, de pesados ropajes y de cabello rastafari (similar a un personaje de reparto que aparece en la película de Spiderman 1, que está en el puente y que le grita al Duende Verde que quien se mete con Spiderman se mete con toda Nueva York, [o algo así] mientras el villano trata de derribar a Spiderman cuando éste sostiene una cabina de teleférico llena de niños). Como ese personaje, salí corriendo detrás de una buseta anaranjada que paso justo en ese momento a través del montañoso paraje. No la alcancé, pero, en mi afán por alcanzarla, llegue a la construcción carcelaria, la cual era bastante alta, de muchas ventanas y una única puerta de entrada frontal. Contiguo al edificio, había un muro muy alto de ladrillos al pie del cual había un tráiler rosado que se movía rítmicamente y que yo identifiqué como un motel (No me pregunten por qué). De la nada saqué un escritorio que puse contiguo al remolque y, de nuevo de la nada, saqué otro escritorio que puse encima del primer escritorio que ya había dispuesto. Escalé los dos escritorios y me lancé al otro lado del muro donde caí en el piso y donde, antes de quedar inconsciente, pensé “Koyi K Utho”.

[Nota: aquí el lector quizás se confunda y piense que al momento de recuperar la consciencia estaba dentro de otro sueño, cosa que pasa frecuentemente; pero en mi caso, yo “sentía” que era el mismo sueño, que seguía en un continuo que no se había detenido a pesar de los breves e inefables momentos en los que estuve “inconsciente”, es como cuando dentro de un sueño uno cree saber algo sobre este y que en realidad ese algo no es explícito dentro del contexto de imágenes por el que se está pasando en el momento. Es por esto que asumo el sueño como una totalidad, no por la lógica temporal sino por la “ilógica subjetividad”.]

Desperté (a pesar de que sentí como si siempre hubiera estado despierto) en un pasillo que se extendía ante mis ojos. Los colores eran confusos y no había un color definido mas que un “verde claro generalizado”, es decir, no podría decir “esto era de tal color”, o “esto otro era de tal tonalidad”; en este momento me es imposible. El pasillo era muy similar al de un asilo o un manicomio, de techo alto y lámparas halógenas pendiendo del techo, con puertas a lado y lado. Me dirigí a una puerta que quedaba contigua a una silla que había contra una pared. Junto a la puerta había una mujer de pantalones verdes, botas, camiseta de esa que llaman “esqueleto” negra y cabello corto; es decir, una mujer soldado sin su chaleco. Sólo me dirigió una extraña mirada mezcla de odio y desilusión y yo sólo entré a la habitación. Dentro de la habitación había una “familia”: varios niños, mas o menos dos hombres, mas o menos dos mujeres y creo que un anciano (no recuerdo las cifras, ni siquiera al momento mismo de despertarme). Estaban todos hacinados debido a que la habitación era pequeña y sólo contenía como mobiliario dos camas y una repisa sobre la que había un televisor. Yo, mirándolos a todos dije: “¡Debemos protegernos!, ¡Los zombies vienen por nosotros!”, nadie se inmutó. Yo tomé una gran lámina de zinc que había dentro de la habitación a un costado de la puerta y la puse frente a la entrada, y la amarré (no sé a qué ni con qué) por sus lados. Inmediatamente la halé para probar su resistencia pero esta cedió ante mi tirón lo que dejó la entrada descubierta. Afuera, en el pasillo, estaba Danny Glover (protagonista de la película “Depredador 2”, el policía negro que al final mata al Depredador con una de sus propias armas. Por si no se acuerdan, aquí esta: http://es.wikipedia.org/wiki/Danny_Glover) con un overol de mecánico y portando una escoba con la que parecía estar barriendo el piso; me miró y meneó la cabeza en un gesto de decepción. A partir de aquí pasaron tres cosas que, aunque el lector no lo crea, no soy capaz en este momento de ubicar en un orden cronológico preciso por lo que las enumerare solamente y por lo que pondré al final de cada una mi despertar consciente:

1.Regresé a la habitación donde me senté al lado de una niña pequeña de mas o menos seis años a ver la televisión donde estaban presentando un video musical en el cual, en dibujos animados, aparecían hombres “extraterrestroides”, de cabezas grandes, ojos amarillos y tonalidad corporal azul grisácea, caminando por una calle de un barrio. Luego, llegó un carro bastante caricaturesco del que se bajó un hombre con la cabeza de Butthead (si, el de “Beavis & Butthead” de MTV) y que sacó una sierra eléctrica y decapitó al hombre “extraterrestroide”. En ese momento, junto a nosotros, se sentó un hombre que yo “sabía” que era el papá de la niña y dijo: “Bueno, ojalá no estén viendo bolas”. En ese preciso instante, en el televisor, empezaron a mostrarse imágenes caricaturizadas de frutas con piernas bailando de las cuales sólo recuerdo un banano bailando, una fruta rosada que no conozco, un racimo de uvas saltando y una sandía. (Desperté).

2.Aparecí en la azotea de el “asilo” junto a una de mis primas la cual, en mi vida NO onírica, tiene veintitrés años y una hija de dos años; ella llevaba en sus brazos a su hija. Empecé a ver una imagen de una Resonancia Magnética Funcional de un cerebro en corte coronal mientras mi prima me decía: “Tenemos que saber que causo el paro cardíaco del papá”. (Desperté).

3.Aparecí en la azotea con mi prima y su hija, frente a nosotros había un hombre (de ese hombre no recuerdo absolutamente nada, solamente de lo que nos hablo) el cual nos dijo: “Refúgiense en el faro, allá no los van a encontrar” a lo que yo conteste: “¡No!, sería como el sitio de peregrinación para los zombies”, inmediatamente después estábamos en la cima del faro, mi prima estaba detrás mío y yo estaba en el umbral de una puerta que comunicaba el lugar donde estábamos con una escalera en espiral que ascendía desde lo más bajo del faro y que, en ese momento, estaba llena de zombies que se atropellaban unos a otros tratando de alcanzar la puerta. Yo les disparaba en la cabeza con una escopeta, los cadáveres de los zombies (valga la redundancia y la ironía) comenzaron a acumularse a mis pies. (Desperté).

miércoles, 17 de junio de 2009

(Noche del 16 de Junio de 2009) Sueño 1/1: El Toro

Me encontraba yo en una habitación blanca y rectangular, con una sola puerta cerca a una de sus esquinas, de aproximadamente seis metros de largo por tres de ancho y aproximadamente dos metros de alto, iluminada por lo que parecía una luz blanca, muy similar a la de los hospitales, pero que no tenía ningún origen aparente, es decir, no había lámparas, bombillos o cualquier otro elemento que emitiera luz en toda la habitación. Dentro de esta habitación había una gran cantidad de rocas desperdigadas como si fueran las ruinas de algún templo antiguo, rocas que tenían variados tamaños pero ninguna forma definida, habia varias piedras de tamaño monolítico y una de ellas estaba cerca de la única puerta. Conmigo, dentro de la habitación, estaba una mujer, muy parecida a una joven que atiende en la recepción de una de las bibliotecas de mi universidad, la cual me gritó: “¡Debemos salir de aquí!” con el rostro totalmente alterado por el pánico, pánico que yo en el momento no compartía. La mujer se apresuró a abrir la puerta, pero inmediatamente hizo esto, el monolito más cercano a la puerta se le vino encima. Instantáneamente yo estaba al lado de la puerta sosteniendo con mi espalda la gran roca que, en apariencia y sólo en apariencia, era bastante pesada.

Sin darme ningún tipo de gracias, la mujer salió a un corredor bastante largo, sin puertas y de igual iluminación al de la habitación. Solte la piedra y salí junto a ella (bastante apresurada, por cierto) al corredor por el que corrimos hasta encontrarnos una bifurcación. Yo me detuve, ella siguió por el camino de la izquierda. Un momento después apareció corriendo y dijo: “¡Corre!, ¡Ahí vienen las fiestas de San Fermín!”, mientras la seguía, corriendo también, un grupo de hombres vestidos de blanco y con pañoletas rojas atadas a sus cuellos.

Entramos al cuarto de nuevo donde ya no había rocas y donde ahora había dos puertas de ascensor, una frente a la otra sobre los lados más largos. Angustiados, presionamos el botón contiguo al ascensor de la izquierda el cual se abrió revelando su interior, bastante clásico, con un espejo grande e iluminación similar a la del cuarto, con un pequeño y arcaico panel de control a su izquierda (¿?) del cual presionamos al mismo tiempo un botón de entre varios que habían (no recuerdo bien cuantos). En ese momento entró al cuarto un gran toro negro, robusto, de cuernos inusualmente afilados y bastante azuzado, el cual embistió primero hacia el ascensor de la derecha, ascensor que se abrió en ese momento quedando el toro dentro, justamente al frente nuestro. Entonces, nuestro ascensor se empezó a cerrar pero un barril de cerveza rodó hacia la puerta y evitó el cierre completo lo que desencadenó el mecanismo de apertura automática. Muy muy muy angustiado y asustado (reitero, muy) presioné el mismo botón que había presionado momentos antes junto con la mujer que ahora no estaba. El toro se volteó dentro del ascensor de enfrente y me miró, la puerta aún tratando de cerrarse, el barril aún evitándolo. Desperté.

Prólogo a Onyryc

"(...)Entonces se acercó al dependiente y le dijo: 'Siempre sueño con un hombre que me dice: "Ojos de perro azul."' Y dijo que el vendedor le había mirado a los ojos y le dijo: 'En realidad, señorita, usted tiene los ojos así.' Y ella dijo: 'Necesito encontrar al hombre que me dijo en sueños eso mismo.' Y el vendedor se echó a reir y se movió hacia el otro lado del mostrador"
-Gabriel García Márquez. “Ojos de perro azul”

Onyryc es un espacio que he decidido crear con mi poca habilidad narrativa y creativa por varias razones, muchas de las cuales no compartiré con el amable lector. A pesar de esto, si diré que Onyryc surge como un “cuaderno de apuntes” donde recopilaré y trataré de detallar (dentro de los límites de mi capacidad narrativa y descriptiva) mis sueños y, quizás también, algo de los sucesos previos al sueño con el fin de, además de tener una base de datos fácilmente accesible, tratar de encontrar una relación o un substrato común a dichos sueños, ese onírico vínculo que tal vez todos quisimos conocer en algún momento y que podría decirnos bastante sobre nuestra personalidad. El blog está abierto a las opiniones de cualquiera, el lector podrá opinar cualquier cosa y dejar sugerencias de cualquier índole (¡Dejá de comer frijoles antes de dormir, baboso!).

Bueno, bienvenidos a Onyryc, el lugar donde podrán conocer un poco más de lo que subyace a la mente consciente de Sebastián.